POR ANUAR SAAD S.
Y nada que el Joe
descansa en paz. Parece que al inolvidable canta autor cartagenero los
litigios, los escándalos, los pleitos y los dimes y diretes, le perseguirán,
incluso, en el más allá. Ahora su viuda, Jacqueline Ramón, la enfiló esta vez
contra la empresa Bavaria porque, según ella, usaron la imagen
del artista para promocionar un producto de consumo masivo como la cerveza
Águila.

A primer
golpe de vista la querella entablada por la altruista
mujer tendría asidero, de no ser que, como efectivamente parece que se dio, Bavaria
haya suscrito un contrato con Discos Fuentes, dueña de los derechos musicales
del cantante, para el gran homenaje que se le tributó al artista durante el
Carnaval de Barranquilla, que incluía el lanzamiento de un disco en honor del artista
fallecido y el uso legítimo de su imagen.
Pero más
allá de que si bajo el amparo del homenaje se podía masificar la imagen de esta
leyenda musical, la pregunta a resolver sería si Bavaria necesitaba de este
recurso para poder distribuir por montón su cerveza en el Carnaval. La
respuesta es obvia: Águila se vende en Barranquilla con o sin Carnaval; con o
sin Joe. Lo que hace fácil deducir que, sin necesidad de meterse en camisa de
once varas, este producto barrería durante las fiestas de la arenosa.
Ya la indignación
de los costeños traspasó fronteras y en las redes sociales hay un movimiento en
contra de las pretensiones de tan desinteresada
dama que parece aferrada a la “gallina de los huevos de oro” que representa el
ícono del Joe.
Lo que no
se imaginó Jacqueline Ramón era que las hijas del creador del joeson anunciaran públicamente que no
estaban interesadas en la querella contra Bavaria ni en la conciliación
económica con dicha empresa, lo que deja en claro que la que sigue yendo en pos
“del tesoro”, es ella. Y ese afán desmedido por el lucro económico –expuesto
hasta el cansancio, incluso, durante la enfermedad del Joe quien tenía que
asistir, casi moribundo, a conciertos que ella le había programado—es lo que ha
despertado en la Región un estado de indignación que se refleja claramente en
twitter y facebook.
Curiosamente,
no hubo reclamo alguno por parte de la señora Ramón al adefesio de telenovela
que emitió RCN en el que se desvirtuó la realidad llegando casi hasta a
caricaturizar al gran artista. Seguramente la suma de dinero recibida –que
según lo que dicen allegados al artista el Joe ni siquiera vio—fue suficiente
para contar con su aprobación.
Esta dama
no ha podido entender aún que Joe Arroyo, con quien ella compartió escasos siete
años de su vida, no es de su pertenencia. El Joe, con su muerte, pasó a ser
parte de todos los colombianos y su imagen es un ícono del folclor y la cultura
de nuestro país. De ahí el enorme monumento que la Alcaldía de Alejandro Char
erigiera en su honor en el parque de los músicos, merecido homenaje para aquel
que, no siendo nativo de esta ciudad, pregonara en su composición inmortal que
“…En Barranquilla me quedo”.
Solo
esperamos, que al compartir con nuestra familia al pie de la estatua del Joe,
no tengamos que pagar algún derecho especial por tomarnos una foto ante la
estatua o, lo que es peor, que la Ramón interponga un recurso solicitando
“conciliación económica” alegando que la Alcaldía está usufructuando de la
imagen del ídolo caído, para “vender a Barranquilla en el concierto nacional y
mundial”.
¡Apaga y
vámonos!
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