¿Es
usted uno de los clientes que creen que su compañía de telefonía móvil le ha
robado? Pues, ¡bienvenido al club!
El 24 de diciembre del año pasado tuve
la desventura de adquirir un plan Sin Cláusula de Permanencia en la empresa
Tigo, en su dependencia al interior de SAO de la calle 93 en Barranquilla. Era
un plan de datos con el que podías navegar casi que sin límites a un precio muy
módico: 39 mil pesos mensuales. En pleno trámite, le pregunté al asesor de Tigo
que si quería abandonar el plan (que era, como se entiende, mes pagado, mes disponible
para ser usado) qué pasaba. “Nada mi hermano”, me dijo con esa desfachatez
propia del costeño. “Simplemente cuando termine el mes consumido, no pagas más
y ya. Quedas libre”.
Pasó el tiempo, y en plena euforia de
un sábado de carnaval un amigo de lo ajeno me despojó de mi preciado Smartphone
(leer nota en http://zonacero.info/index.php/opinion/33887-carta-abierta-al-ladronzuelo-del-carnaval).
Realicé los irrisorios pasos necesarios para dizque “bloquear” el aparato y la
línea (ese mismo día me enteré por un amigo que en tres minutos se libera
cualquier celular bloqueado con excepción de los Iphone) y una semana después
adquirí otro celular, aún más moderno. Seguí con mi plan “sin cláusula de
permanencia” hasta que el Sábado de Gloria, solo cuarenta días después, un
ratero con cara de buena persona, revolver en mano, me robó el segundo aparato.
Pensé, entonces, que ya estaba bueno.
Que mi donativo a los cacos era suficiente por estos años y que no volvería
adquirir otro celular de alta gama. Resignado, retorné a mi “blackperry” y
recordando las palabras del asesor de Tigo, me despreocupé del plan puesto que,
como se sabe, el servicio que no se presta y obviamente no se consume, mucho
menos se paga. No había nada que me atara a Tigo. No pagué el mes siguiente
(para reanudar el círculo contractual) confiado que como no era pos pago y no
me ataba la permanencia. No tendría de qué preocuparme.
La tranquilidad me duró hasta que una
factura llegó a mi correo electrónico donde me cobraban cuatro meses que no consumí (todas posteriores
al robo del aparato), pues, como se sabe, con esta clase de planes el servicio
se obtiene después de pagar la factura. Y en estos casos, en que la permanencia
no es obligatoria, no existe por ello, la necesidad de cancelar un servicio no
prestado.
La legislación colombiana, además, es
muy clara en que el servicio que no se presta no puede jamás ser cobrado.
Precepto que a las asesoras de la sucursal de Tigo de la calle 93 en Barranquilla
les quedó grande, pues insisten en que, así no haya recibido servicio, debía
pagar por ello, agregando que no era cierto lo que el asesor dijo al momento de
venderme el plan. Todo me parecía a esa altura un oscuro complot para
despojarme de unos pesos, cosa que, al parecer, Tigo tiene por costumbre con
usuarios en diferentes modalidades.
Solo hace un mes a mi hija le robaron
su SIII mini que tenía asegurado con una firma que opera en las oficinas de
Tigo. Casi un mes después, y pagando 200 mil pesos, le fue repuesto el celular.
Ayer, me cuenta una vecina, un cliente de Tigo de la misma Calle 93 en Barranquilla, se enfureció por lo
que consideraba “un atraco” a sus intereses. Esto me lleva a concluir que esa
letra pequeña –que nadie lee en los contratos—contiene el veneno suficiente
para desplumar incautos como yo que, sin recibir el servicio, se le está
cobrando por ello.
Mi queja, con todos los pelos y
señales, será radicada a la oficina virtual de Tigo y sobra decir que no tengo
expectativa alguna de que sea resuelta favorablemente ya que su atención al
cliente es proporcional a la prestación se su servicio: pésima. Por fortuna,
existe la Superintendencia de Servicios a la que radicaré igualmente esta queja
para que no se siga asaltando la buena fe de los colombianos con planes que se
ofrecen “sin cláusula de permanencia” y se sigue cobrando cuando el cliente se
retira.
No más asaltos con la telefonía móvil.
El usuario merece respeto. Merece un servicio que llene sus expectativas y un
equipo humano capacitado para asesorarlo. No más robos conTigo. Espero que ahora quede Claro.
hola amigo blogero, hoy lunes 8 de julio por el canal uno a las 1045pm en el programa veredicto hablaran sobre las famosas clausulas
ResponderEliminartwiiter Veredicto @VeredictoNTC
Vamos a hablar sobre la permanencia o la eliminación de las cláusulas de permanencia de los contratos de la telefonía celular.
Después de un mes de instaurar mi reclamo verbal en las oficinas de Tigo --imposible hacerlo por la web-- una funcionario de @tigocolombia me atendió desde Bogotá y solucionó con creciente profesionalismo el contratiempo. profesionalismo que se ve muy poco en los puntos de atención de Tigo en Barranquilla. Gracias a Ana María, no tengo por qué pagar facturas que no consumí.
ResponderEliminarANUAR SAAD