POR: ANUAR SAAD
“Comandante AlphaZero, ya
hemos analizado concienzudamente los componentes de los que están hechos los
humanos. Mi equipo y yo, después de profundos análisis, llegamos a la
conclusión que en muchos de los sitios que ellos llaman “países” vamos a
requerir de nuestro mejor esfuerzo para poder acabar con ellos. Pero,
Comandante, no todo son malas noticias: encontramos un lugar en ese universo
que parece tenerlo todo: dos océanos; ríos que atraviesan su geografía; una
flora y fauna que jamás hemos visto en otras galaxias; variedad de climas y
geografía…pero, lo más interesante para nosotros, es que aquí no necesitamos
mover un dedo para exterminarlos. Comandante: ellos se están matando solos…”
-o-o-o-o-
Si la comunicación al
comandante AlphaZero continuara, seguramente le contarán que un hombre,
contratado para velar por la seguridad de los demás, asesinó de una puñalada en
el cuello a una estudiante de 19 años para robarle un celular de 80 mil pesos.
Limpió la sangre con desinfectante barato, empacó en bolsas negras su cuerpo…y
lo arrojó a un caño.
También reseñaría que, pocas semanas
antes, un indigente en la capital encontró, dentro un basurero, a un bebé
recién nacido que su madre había abandonado para que muriera. Se destacaría, en
algún otro párrafo de la comunicación oficial intergaláctica, que cuatro meses antes, tres niños, de 6, 9 y 14
años, fueron secuestrados, violados y asesinados por soldados de la Decimoctava
Brigada del Ejército colombiano en una zona conocida como Arauca y sus
cuerpos torturados fueron encontrados en una fosa común.
Para más señas de “por qué sería fácil
colonizar este país” el soldado estelar le describiría a su comandante, con el
riesgo de no ser creído, que dos hombres y una mujer urdieron milimétricamente
el asesinato de cuatro hermanitos de 4, 7, 10 y 14 años con el fin de
“apoderarse de unas tierras”. Aún sin saber el soldado cuánto es el equivalente
del dinero al utilizado en su galaxia, le parecería despreciable que por 500
mil pesos se mataran a cuatro menores…y más miserable, que la vida de un
congénere tuviese precio.
Solo 7 días después de este hecho –y
para recalcar que para acabar con esta prole de humanos que se denominan
“colombianos” no hace falta mucho esfuerzo—le relataría en su comunicado
estelar, que una madre, agobiada por los abusos sexuales de su padre para con
ella y sus hijos, decidió quitarles la vida a todos sus retoños antes que
verlos caer en las manos depravadas de su abuelo.
Según un informe publicado en el
Diario El Tiempo, “…cada nueve horas un
menor de edad es asesinado en Colombia. Cada 30 minutos uno acude a Medicina
Legal tras ser víctima de agresión sexual y cada 60 minutos, un niño o
adolescente es sometido a un examen por violencia intrafamiliar”.
Y para hacer más detallado y cruel el
relato de cómo 45 millones de personas de una misma nación se esfuerzan por
matarse los unos a los otros, se podría anotar, según el informe del mismo
diario que “…diez menores son reclutados cada mes por grupos armados al margen
de la ley; la mitad de las víctimas de desplazamiento tienen menos de 18 años;
una de cada cinco adolescentes del país está o ha estado en embarazo, y uno de
cada dos bebés que nacen en el país, no es planeado”.
Y esta violencia demencial que azota
de punta a punta a una nación que durante dos años fue concebido como “el más
feliz del planeta”, no es casual. Según
un informe de Medicina Legal publicado en 2012, solo en 4 meses 342 niños,
niñas y adolescentes, fueron asesinados en lo que representa un promedio de
tres homicidios al día. En el año 2011, según datos del mismo instituto, el
país registró el asesinato de 1.177 niños, niñas y adolescentes.
Me parece ya escuchar la orden final
del temible Comandante AlphaZero a sus intrépidos guerreros colonizadores: “¡Prendan
motores, alejémonos y dejemos que estos salvajes sigan exterminándose solos!
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