Por
Anuar Saad

Y la atrevida propuesta la
compartió en las redes sociales cuando en twitter, al mejor estilo de su líder
político, la “Paloma trinó”: "Eso es lo que han pedido los indígenas del
Cauca, autonomía frente a las autoridades locales. Creo que ayudará a evitar
más confrontaciones". En otro, propone claramente que los indígenas
deberían tener “su propio departamento”.
La propuesta no hubiera caído
tan mal, si hubiera nacido de cualquier otro. Y es que ella, la Senadora, tiene
el apellido relacionado directamente con
la historia del Cauca. Sus abuelos, sus tíos abuelos y muchos de su ascendencia,
han sido terratenientes por lustros en ese departamento. Es decir, dueños de
las tierras que los indígenas reclaman como
suyas.
Y, como era de esperarse (¿no sería
esa su intención?) su nombre empezó a tronar en los medios y en las redes
sociales. La actividad se replicó después de uno de sus trinos: “Propongo un referendo o una consulta para
que el departamento del Cauca se divida en dos. Un departamento indígena y otro
para los mestizos”.
El escritor y columnista Héctor Abad
Faciolince golpeó duro con su contundente respuesta: “Apartheid
racial: solo esa propuesta fascista le faltaba al Centro (dizque) Democrático.
Por Paloma (el halcón) Valencia.”
La exsenadora
piedad Córdoba también expresó su opinión y dejó el debate abierto con su
tweet: “La inmensa mayoría de la
población del Cauca es indígena y afrodescendiente, y viven en la pobreza. ¿La
solución es dividir al Cauca?
Es imposible no
remontarse a la historia, desde cuando el líder indígena Quintín Lame dirigió
en 1914 el levantamiento indígena en el Cauca y quiso hacerlo extensivo a
Huila, Tolima y Valle y fue acusado y perseguido por “querer construir la
república de los indígenas”. Pero ahora, para el acomodo de los terratenientes,
se renueva la propuesta de dividir el territorio. Es decir, “hacer a un lado” a
los revoltosos y molestos indígenas para que las familias terratenientes puedan
vivir y usufructuar de los mejores terrenos del Cauca…¿o acaso los más fructíferos
se lo darían a los indígenas? ¿La Senadora habría considerado, por ejemplo,
entregarles Popayán? Ni pensarlo. En su nuevo “plan de ordenamiento territorial”
que atenta contra las políticas de inclusión consignadas en nuestra
Constitución del 91, debe tener previsto (¡cómo no!) que las zonas de los
páramos, serranías escabrosas y lugares inaccesibles, serían para los
indígenas. Las tierras, las buenas tierras, para los caciques.
Es imposible no
desconfiar de una Senadora de las toldas de Uribe, máxime, cuando su historia
familiar está ligada al departamento. Un buen acto sería devolver a sus
legítimos dueños las tierras despojadas. ¿Se atrevería?
Mientras esta
historia continúa debatiéndose en las redes, el Gobierno sí tiene que pensar en
el Cauca. Pensar que la más grade comunidad indígena del país reclama unos
derechos que nadie duda son suyos, pero que jamás pudieron tener legalmente.
Segregar, en todo caso, no parece ser la solución. Así sea que la propuesta la
haya aterrizado un buitre con piel de paloma.