Por Anuar Saad

El reciente caso del
Vice-Ministro es explícito. El entonces Senador de
la U, Carlos Ferro, fue grabado en agosto de 2008 por el capitán de la
policía Ángelo Palacio, quien lo exhortaba a tener sexo con él. Llama la
atención que a lo largo del video, la única evidencia es que se trataba de una
relación sexual y consensuada entre dos adultos. Y, para colmo, la evidencia es
totalmente contraria a la intención de la periodista de la FM Vicky Dávila quien hace viral el video: en
vez de ratificar la existencia de presiones indebidas, red de prostitución al
interior de la Policía y prebendas para subir de rango, demuestra lo contrario.
¿Se configura un
delito que un Vice-Ministro sea homosexual? Y preguntaría además ¿Es el único
caso de homosexualismo en el Congreso de la República o en las filas del
gobierno? Este delicado suceso atenta contra el periodismo mismo. La guerra de
egos por quién puede dar una primicia –valiéndose incluso de las formas más
ruin para ello- deja en claro que estamos viviendo en Colombia en una era
delicada para la ética del oficio.
La mediatización de
hoy, posible gracias al internet, las cámaras ocultas, los celulares y las
redes sociales, atrapan a los medios en su afán por volverse virales y ganar
protagonismo. Es por ello que no podemos comparar la publicación de Daniel
Coronel (recordemos la foto del exDefensor Otálora con su miembro al aire
–aunque fue editada--) con la de la Dávila. El caso del exDefensor dejaba
explícitamente ver una clara muestra de acoso sexual y laboral por los
contenidos adyacentes a la foto. Aquí sí la conducta privada del funcionario
iba en contra vía del bien común y la denuncia es válida y oportuna.
La presunción de
que alguien es culpable no puede desencadenar una cacería de brujas. Es decir,
puede que Ferro lo sea, pero en lo que el video concierne, no representa una
pieza de valor probatorio en ninguna parte del mundo. Si existe la famosa
“Comunidad del Anillo”, será una cuestión que la Justicia y las altas Cortes
tengan que dirimir con base a testimonios y sustento probatorio más allá del
show mediático encabezado precisamente por periodistas que, paradójicamente,
han estado bajo el ojo del huracán por ser señalados de cohonestar
incondicionalmente con gobiernos anteriores. Es que llama la atención que algo
sucedido y denunciado cuando Uribe era Presidente salga a relucir justo ahora y
no de la mejor forma.
El video viralizado
gracias a su contenido morboso que hace uso de la llamada “pornomiseria” se
convierte en la peor lección de periodismo de los últimos tiempos. Y es así de
tajante ya que para que sirviese de algo, tendría que suscribirse el
homosexualismo como conducta punible. Entonces, pregunto yo, ¿qué pretendía
Vicky Dávila? No es menos preocupante que se pueda comprobar que la periodista
ha sido víctima de chuzadas policiales a sus teléfonos. Pero es deplorable que
un periodista use iguales o peores recursos para demostrarlo.
Repudiamos –como
todos—la existencia de alguna red, comunidad, logia o grupúsculo, que a base de
presiones sexuales obtenga beneficios propios y para otros materializadas en
ascensos. Pero, repito, esto debe ser probado debidamente y no aprovechar la
coyuntura de una posible gran historia periodística para ganar rating o
figuración nacional. Otra cosa es que, en días posteriores, se demuestre que,
efectivamente Ferro sí participó en violaciones, redes de prostitución y acoso
indebido. El saliente General Palomino deberá aclarar si Ferro, Palacio y otros están involucrados y si él mismo --como ha sido acusado-- también lo está. Pero la pieza en cuestión, no aclara ningún delito .
Si miramos hacia
atrás, podemos encontrar tres casos dicientes: "Spotlight",
que es la historia de cómo la unidad de investigación del periódico Boston
Globe, develó un escándalo en el que la Iglesia Católica ocultó un sinnúmero de abusos sexuales
perpetrados por distintos sacerdotes de Boston y, décadas atrás, el famoso Watergate, en
el que el Gobierno del Presidente Nixon autorizó el robo de documentos en la
sede de sus opositores, el Partido Demócrata y el posterior intento de encubrimiento de la administración
Nixon de los responsables. Ambos casos, las conductas fueron punibles y la
última de ellas terminó con la renuncia del Presidente. También recordamos el
caso de Clinton y la Lewinsky. Donde la intimidad del Presidente con su pasante
ocupó las primeras planas del mundo con relatos que harían ver pequeño al
Kamasutra. Si bien hubo una condena moral, no se tipificó un delito por ello.
¿Puede entonces el periodista resistirse a la
seductora idea de ser más famoso? ¿De tener más seguidores? ¿De ganar pantalla
nacional? Recordemos el caso de Janeth Cook quien se inventó una historia para
ganar el Pulitzer. Debemos tener claro como periodistas que las historias son
lo que son, no lo que nosotros queremos que sean. En el caso del famoso video
que acabó de tajo con la carrera política y la vida familiar del hoy
exViceministro, lo único cierto es que somos los mismos mojigatos de siempre
que condenamos conductas que nosotros no practicamos o que no están “establecidas
en la normalidad”. Y deja en claro, además, que el acosador del video no era el
ex Senador Ferro, sino el capitán de la Policía quien hizo bien el papel de
instigador.
¿Es eso periodismo? O es, en cambio, una
muestra más que para alcanzar las audiencias se permite el “todo vale”. Así
sea, acabar con varias vidas. Ya lo dijo Kapussinsky: “Para ser buen
periodista, primero hay que ser buena persona”. Y creo que no se refería a la
dulzura, a lo maternal ni a la educación. Se refería, claro, a esa pequeñita
cláusula que nos rige a todos: la ética.
anuarsaad.blogspot.com
Excelente punto de vista Anuar, sintetizas en estas lineas la dimensión ética que todo profesional, independientemente sea periodista o no, debe considerar al desempeñar su labor profesional. Vulnerar la vida privada debe ser delito,seas o no seas periodista. En este caso morboso por demás, lo punible es conehestar con el delito, hacerse el de la vista gorda o fungir como instigador para lograr un objetivo. A todas luces la periodista Davila no fue mas que un mediador para sacar del medio la piedra en el zapato de alguien, una "idiota util", sin importarle que dañaba o violentara la vida privada de alguien y por supuesto eso es poco o nada ético, te recuerdo que los periodistas, no todos, están al servicio del poder, con un enorme grado de servilismo indigno. Este caso tiene una fuerte connotación política no cabe la menor duda y la sexualidad es un punto bastante débil a la hora de dañar al oponente. Para nadie es un secreto que en las altas esferas corren muchos escarceos sexuales de un lado y del otro, gajes propios de la corrupción moral del país y de la sociedad, pero de ahí que la utilices mal intencionadamente es otra cosa, porque estas asesinado moralmente a alguien. Aunque en este país cualquier cosa es posible. De nuevo, felicitaciones.
ResponderEliminarPura hipocresia y doble moral. Este es un evidente caso de infidelidad de un senador de la República que usa un vehículo oficial para sus maromas de alcoba. Cual es la diferencia entre los vídeos viralizados de mujeres que en la vía pública han descubierto las infidelidades de sus maridos con sus amantes y han sido publicados en todos los medios nacionales, completos y con sonido sin importar el daño a sus hijos?. Que eran parejas heterosexuales y ciudadanos del común. Pero como aquí hay de por medio homosexuales y ademas de alta alcurnia, entonces ahora hay que trivializar el fondo de las cosas ocupándose de la forma para que sus pecados que incluso rayan el delito, pasen de agache. En esta era del Gobierno Santos donde los medios son muy solidarios con las cortinas de humo para evitarle los escandalos al Presidente por que en 24 horas perdsió dos de sus fichas claves en el Gobierno, los periodistas parecen hacerle bien el trabajo de tapen tapen al Gobierno. Aquí lo grave es que un viceministro de Santos está acusado cuando menos de encubrir un crimen en el que su protegido es un policía gay igual que él; y su director de Policía de promover un club de prostitución con sus alférez más apuestos negociados a congresistas, donde también hay una agente asesinada. Hay donde este escandalo hubiera sido en el Gobierno Uribe, los medios no habrían dado este debate por que ahí el fin si justificaba los medios.
ResponderEliminarRespeto tu punto de vista, pero imposible compartirlo. Si hay asesinatos, violaciones, corrupción, debe ser probada con hechos que aporten a indicios de criminalidad.La homofobia es dañina. Y lo digo, porque, hasta donde sé, ser homesexual no está tipificado como delito. Si además de serlo, es homicida, es otra cosa. O si es corrupto. Pero, repito, eso no lo demuestra el video de la periodista cuyo rabo de paja por sus "lazos familiares" le deberían impedir hablar del asunto.
Eliminar"Y deja en claro, además, que el acosador del video no era el ex Senador Ferro, sino el capitán de la Policía quien hizo bien el papel de instigador." Tambien me lo parecio. ..
ResponderEliminarDe este gran maestro, mi profesor de redacción, el más temido, hace más de 5 años en UAC, aprendí que aunque el bocado se vea listo, primero hay que revisarlo, volver a revisarlo y por último tratar de leer, que no es el caso, por lo que es una pieza audiovisual, ombe me encanto esta sopita de intelecto u sus líneas argumentales que me encantan. Saludes y bendiciones don Anuar Saad...
ResponderEliminarExcelente análisis...Muy pertinente el tema.
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