Todas las
estrategias que los movimientos feministas han desplegado a través de los años
han resultado inocuas para que los hombres nos pongamos en el lugar de las
mujeres si las comparamos con la que ha
implementado el Atlético Junior.

Alexis
Mendoza de seguro está haciendo un master en “parto sin dolor” y de a dosis
semanal se lo está dictando a todos los hinchas de la escuadra rojiblanca.
¿Usted ha tratado de abordar a un fanático de Junior dos minutos después de
terminado un partido? Es increíble, pero los aficionados terminamos más
cansados que los jugadores. La casaca desencajada, los pelos de punta,
taquicardia galopante, ojos frenéticos y un sudor nervioso que cuesta tiempo
disipar. Es el precio de ser juniorista. Y debo decir, que a pesar de saber lo
que nos espera partido tras partido, contamos las horas y los minutos para que
llegue el próximo encuentro. Los próximos tres puntos en juego. La próxima
final. El próximo parto.
Es por eso
que, con días de anticipación, juniorista que se respete hace ejercicios de
relajación; sincronía respiratoria; toma clases de autocontrol por internet;
repasa concienzudamente el diccionario en busca de epítetos innovadores; se
provee de Losartán, Sanax y Prozac; se
somete a un nuevo electrocardiograma que descarte afecciones cardíacas y se
anticipa a los hechos recargándose de betanecrotón porque el partido hay que
esperarlo anestesiado por el licor: así el parto duele menos.
Lo cierto es
que ha valido la pena. Dejar en el camino en medio de estertores de parturienta
a Millonarios y Nacional, equivale a la bendición de dar a luz a gemelos
hermosos y saludables, con la expectativa que, por cosas de la vida, sean trillizos si logramos doblegar (pariendo, claro) al Independiente Medellín.
En la calle,
en medio de las ventas febriles de camisetas originales del Junior por 15 mil pesos, nadie apuesta a un triunfo
contundente el miércoles en el Metropolitano. –Nombre mi hermano, eso lo
resolvemos en Medellín con un gol en el minuto 94 o anotando el último penal de
la serie-, apunta un fanático al que alcancé a verle una cajita de Sanax que se
asomaba de su bolsillo derecho del pantalón.
-Ya entendí
por qué este Junior no tiene ningún delantero verdadero- apuntó otro. – Es que
no tiene gracia definir los partidos con tiempo y contundencia… ¡hay que parir
para ser verdadero juniorista no joda!-
casi no puedo respirar.
ResponderEliminar