La elección en cinco actos


Por Anuar Saad

ACTO UNO
-Nos salvamos mija- gritó desaforado el marido desde la sala.
-¿Ospina tapó un penal? – interrogó inocente su mujer mientras se arreglaba en su cuarto.
-No mijita…salvamos la casita, los carros y la finquita: ¡Duque quedó de Presidente!
-¿O sea que el “castrochavismo” no nos va a gobernar y no seremos como Venezuela? –Vuelve a preguntar la señora alborozada.
-Así es corazón. Y los “mamertos” que votaron por ese guerrillero expropiador que se vayan a Venezuela, Cuba o Nicaragua: ¡pobres! Querían todo gratis y sin trabajar. ¡Destapa la de whisky que siempre escondo y prepara esas finas salchichas que hay que celebrar!

ACTO DOS
-Me imagino que los distribuidores de motosierra estarán felices.
-¿Y eso como que por qué?
-Ganó Duque. El títere de Uribe. ¿Te imaginas lo que va a pasar ahora? Vuelve la guerra, las matanzas, los falsos positivos, más corrupción y los ricos más ricos…
-¿Será que se acaba el acuerdo de paz?
-Claro ¡los hará trizas!

ACTO TRES
-¿Cuál derrota? Ocho millones de colombianos libres en pie. Aquí no hay derrota. Por ahora no seremos gobierno. Fueron más de 8 millones de abejitas libres y poco domadas que construyeron este resultado y que no van a permitir que su propio país tome las sendas que puedan destruir a sus hijos, a su familia y a su sociedad. Hoy nació una nueva fuerza que no se está preparando para ser oposición, sino para ser gobierno”. 

ACTO CUATRO
-Vamos a gobernar con transparencia, vamos a gobernar con eficacia y vamos a devolverle a los ciudadanos la esperanza de volver a creer en las instituciones y, bajo ninguna circunstancia, permitiremos que las mafias de la corruptela se sigan apoderando de la salud, de los recursos de las obras públicas, de la alimentación escolar. Seremos el gobierno que, como nunca antes en la historia de nuestro país, enfrente ese cáncer y lo doblegaremos, porque seremos un país unido en ese propósito.

ACTO CINCO
-Ve papá- Le dice uno de sus hijos, -Vos estás como preocupado. Mirá que ganó Ivancito. Todo queda bien: nadie se meterá con tus tierritas; los muerticos seguirán quieticos; lo de las zonas francas será historia; las investigacioncitas que tienen contra vos seguirán dormidas…vení papá, tomáte el guarito…
-No mijitico. Ombe estoy preocupado. ¿Qué tal si este me sale como Santos? Mirá como me he envejecido en estos ocho años bregando contra ese traidor. Ya me tiene preocupado que cada rato repita que no es títere. ¿Ve será que de verdá cree que es quien va a mandar…? me asusta eso que dice de atacar a las mafias y a la corruptela. Pásame el guaro…

CAE EL TELÓN
Hoy no es fácil ser Duque. Un Presidente que tiene que gobernar un país dividido, con su máximo opositor con la votación histórica más alta. Un país que sigue partido en dos: el continuismo al que le apostaron todos los grupos políticos liderado por los gamonales de siempre para proteger sus múltiples intereses, los contratos, las mermeladas, sus cuotas burocráticas y los nombramientos. El mismo grupo que, aterrado, no tolera que la otra mitad del país reclame un cambio. Que reclame una nueva ruta en la que todos tengan más oportunidades de progreso: una que sueña con un país más equitativo donde la riqueza no se concentre en el 7% del país.
El Presidente electo envió un buen mensaje en su discurso reconociendo que debe gobernar para toda Colombia respetando las diferencias. “No hay duquistas ni petristas: todos somos colombianos”. Sin duda, un buen inicio al estrenarse como mandatario. Porque Duque entiende que los más de 8 millones de votos que obtuvo Gustavo Petro es un síntoma de que el país está cansado.
La clase media –en vías de extinción- reclama su derecho y los más pobres quieren mejorar su calidad de vida. Hacer un gobierno incluyente en estos cuatro años, un Gobierno donde el pueblo se vea favorecido, es el gran reto de Iván Duque, un Presidente al que le llegó la hora de demostrar que además de cantar rock, tocar guitarra, tatarear vallenatos y comentar fútbol, también  sabe  manejar un país.
Amanecerá y veremos.




Comentarios

  1. Muy buena reflexión... esperemos a ver qué tal le va al nuevo presidente

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