Por ANUAR SAAD

Tienes un pequeño círculo de amigos y
sigues sus actividades a través de las redes sociales: el último cumpleaños, la
cena familiar, el paseo a Cancún, el proselitismo político y una lluvia de
memes que te sacan más de una sonrisa mientras te preguntas cómo diablos hace
la gente para tener tanto tiempo para inventar esas cosas.
Tu hija adolescente, esa que pocas
veces te habla ya que vive pegada en su celular de alta gama que le compraste
gastándote tus únicos ahorros, te sorprenderá un día diciéndote: “Papá, debes
ser como el padre de Lucía, mi amiga, que es famoso”. Después de un
melodramático silencio rematará con toda la crueldad de sus quince años: “…es
que a ti no te conoce nadie”.
Te acordarás vagamente de Lucía pero
no tendrás remota idea de quién es su padre y, mucho menos, de por qué él es
famoso. Ella te sacará de tu ignorancia supina restregándote el celular en tus
narices “¡Mira, mira, mira él es tendencia en Twitter”!
Entonces pensarás que por sus
profundos estudios, sus amplios conocimientos, su pensamiento crítico, su
análisis de la sociedad, la cotidianidad y la problemática mundial, el papá de
Lucía es tendencia y tú no. Casi que apenado le pides a tu hija que te muestre
algunos tuits del hombre al que ya casi envidias. De reojo, te das cuenta que
tiene más de 3 mil seguidores y que su último twitter lo puso hace apenas 12
minutos. “Es un genio”, pensarás.
Pero no tienes de qué preocuparte. El
padre de Lucía no tiene estudios avanzados. No conoce a fondo la problemática
mundial y sus pensamientos más críticos son cuando juega dominó y no sabe si
ahorcar o no el doble seis. Pero es tendencia.
Si a estas alturas, aún sigues
preocupado… ¡despreocúpate! Te daré unas cuantas claves para que en un par de
semana puedas sacar pecho y decirle a Lucía, tu pequeña hija, que ya eres
famoso.
1.- No hables bien de nadie. A la
gente le aburre leer cosas buenas de otros. Habla mal y aliéntalos narrando
episodios truculentos que la gente, obnubilada, no solo te leerá, sino que te
replicará.
2.- Ni se te ocurra evocar la paz, la
reconciliación y el diálogo. ¿Esa vaina para qué? Se preguntarán extrañados los
lectores. ¿Dónde está la sangre? ¿La polarización? ¿La injuria? ¿Las calumnias?
Calumnia, calumnia, calumnia, que de la calumnia algo queda.
3.- Asegúrate de tomarle pantallazo a
las fotos truculentas, esas en las que aún la sangre está fresca. Si tienes
videos que muestran la secuencia antes y
después de la tragedia, mejor. ¡Todo el mundo te seguirá!
4.- Si sabes que la verdad ya la
conocen todos y no asombrará a nadie, ¡pues fácil! Distorsiónala un poco aquí,
un poco allá, recoge rumores infundados, y ¡saz! Publícala. Ya eres experto en “noticias
falsas”, esas que, por lo general, cautivan lectores que es lo que cuenta.
5.- Defiende lo indefendible. ¿Para qué
te vas a dejar llevar por la lógica o el orden establecido? ¡Atrévete! Por
ejemplo, si la gente habla bien de Barranquilla, elogian su progresismo, el
cambio positivo en sus últimos 12 años y hablan bien de su Alcalde…busca algún
rescoldo viejo y olvidado de donde puedas echar mano para afirmar, con toda la
cara del mundo, que estamos peor que hace 30 años.
6.- Vuélvete experto en fusilar (llámese
así al copia y pega de textos salidos de otra fuente sin que tú la cites) especialmente
de sitos no reconocidos que alientan las historias falsas. A la gente le encantará.
7.- Agrégate a los grupos. Vincúlate
a tus grupos de antiguos compañeros de colegio, de universidad, al de amigos de
tus amigos, a políticos, agremiaciones de toda índole hasta los de las
hermanitas de la caridad y dispárales sin cesar toda la basura llamativa que
puedas conseguir.
8.- Conviértete en un paradigma de la
intolerancia y el insulto. ¿Acaso crees que ser tendencia se gana con buenos
modales? Pues no señor. Debes radicalizar tus posturas, sé más agresivo que
conductor de bus que pelea la ruta de las doce con otro y en ese tono
histérico, empieza a renovar tus estados.
Si seguiste al pie de la letra estos
sencillos ocho pasos y los has puesto ya en práctica… ¡Felicitaciones! Lucía
tendrá un papá que sin duda es tendencia. Pero también tendrá como padre, a una
mala persona. Al final ¿qué escoges?
¿qué escoges? a ti. Gracias por ese periodismo, mas que sano, profundamente humano y facilmente asumirlo como autobiografico.
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